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El último fin de semana de septiembre pude celebrar mi aniversario en Asia Gardens disfrutando de tres días de sol y calor en ese pequeño paraíso de la costa levantina. Ya os hablé de Asia Gardens y de sus piscinas y jardines, una verdadera joya oriental con brisa mediterránea que parece sacada de una exótica isla tailandesa.
Un rincón paradisíaco donde disfrutar de una relajación y bienestar absoluto
En este post os hablo de sus habitaciones, su deliciosa gastronomía y de su exquisito spa, un oasis de paz y tranquilidad donde renovar energías y relajarse como nunca.
Las habitaciones de Asia Gardens son de estilo balinés, una decoración muy cuidada que transporta al lejano oriente y logra un espacio confortable y de lujoso bienestar.
Hay diferentes tipos de habitaciones y diez modelos de decoración para ellas, un detalle que solo los hoteles de más alto rango pueden proporcionar a sus clientes con el gusto y el buen hacer que Asia Gardens siempre se exige.
Las habitaciones están equipadas con todo lo necesario para disfrutar de una estancia cómoda y exclusiva. Maravillosas y confortables camas donde descansar, una zona de estar, una mesa de trabajo, terraza, equipo de música completo, televisión con una gran oferta de canales y un baño con plato de ducha y bañera presidido con preciosas orquídeas blancas. Mini panetones y bombones en la habitación como detalle de bienvenida, chocolate a media tarde y por las mañanas tu periódico favorito en la habitación ¿Qué más se puede pedir?
En cuanto a la gastronomía del hotel, cuentan con varios restaurantes para satisfacer todos los paladares. Una fusión oriental-mediterránea que nos enamoró. Su buffet de desayuno en Udaipur es muy completo, frutas, embutidos, tortitas, huevos y tortillas al gusto que dos chefs preparaban en el momento, zumos naturales... El restaurante Palapa tiene una carta de deliciosa cocina mediterránea, es un restaurante con vistas a las maravillosas piscinas del hotel, la antesala del descanso total.
La primera noche cenamos en el restaurante tailandés Koh Samui, una cocina selecta y deliciosa, unos cócteles riquísimos y un enclave de los más romántico, mesitas con velas mecidas por un embriagador aroma de jazmín que nos hizo deleitarnos con el ambiente, la comida y sobre todo de la compañía.
En nuestra segunda noche cenamos en el restaurante más exclusivo del hotel, el restaurante In Black, cocina de autor con una cuidadísima presentación y de excelente calidad. El carpaccio de vieiras exquisito. Las fotos que os dejo de estos dos últimos restaurantes que os cito son de la web porque no quería estropear unas cenas tan románticas acarreando mi cámara y entorpeciendo la conversación con los disparos de las fotos.
El hotel cuenta con multitud de actividades para sus huéspedes, yoga, meditación, buceo... nosotros, como os adelantaba en el post anterior, nos decantamos por el curso de iniciación al buceo y por la meditación. La verdad es que la clase de meditación fue fabulosa y nos sentó fenomenal a los dos que salimos de ella flotando y relajadísimos.
Y uno de los mejores servicios del complejo lo he dejado para el final: El Thai Spa. Dentro del hotel que ya de por sí es un paraíso asiático existe un templo de paz y bienestar donde evadirnos, cuerpo y mente armonizados y equilibrados. Una amplia oferta de tratamientos donde escoger, nosotros optamos por los tradicionales masajes tailandeses, masajes que se realizan en habitaciones exteriores (palafitos) de madera que emulan templos orientales con cortinas blancas y tatamis.
El masaje tailandés consiste en estiramientos y presiones en el cuerpo siguiendo las líneas energéticas del mismo. Esto nos ayuda a equilibrar nuestra energía y a trabajar la flexibilidad del cuerpo. Es un masaje enérgico que deja el cuerpo como nuevo y sales del palafito como en una nube. Las masajistas son profesionales tailandesas que aplican la técnica de una manera verdaderamente espectacular. Después del masaje se pasa a la zona de relajación y un delicioso té para hidratar el cuerpo termina de obrar el milagro del bienestar absoluto.
La zona de relax es una maravilla, fue la piscina que más me gustó de todas, una piscina de agua caliente mitad exterior y mitad interior, con imágenes esculpidas en piedra de buda y detalles florales. Un baño turco y duchas junto con un jacuzzi exterior y una preciosa terraza solarium hacen de este pedacito de Asia Gardens un coqueto rincón digno de visitar.
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¿Quién pudiera estar allí otra vez?!! |
¿Qué os parece la oferta de este paraíso asiático de aires levantinos?
¿No dan ganas de quedarse a vivir en él?